Comentario
El poblado panteón babilónico hacía que a no hubiese día del año en que no hubiera de celebrarse algún rito o ceremonia en honor de algún dios. Además, los dioses requerían de un especial cuidado diario, a fin de solicitar su ayuda e intercesión tanto en ocasiones normales como especiales. Entre éstas estaban acontecimientos como la coronación o muerte de un rey, el Año Nuevo o la erección de un templo. Rezos, sacrificios y ofrendas podían ser realizados tanto en los grandes templos como en lugares de representación de lo sagrado como capillas, templetes, etc.
Los dioses estaban representados en este mundo por sus estatuas, Éstas debían ser cuidadas a diario, una ceremonia en la que se las lavaba y animaba, abriéndolas la boca y los ojos. Después se las daba alimentos y se quemaban perfumes. Hecho esto, se procedía a realizar diversas ceremonias ante la figura, como sacrificios o procesiones. Las plegarias al dios consistían en letanías, salmos, recitación de oraciones, etc. junto con música de liras, arpas o tamboriles. El orante debía mantenerse erguido y alzar sus manos; cuando finalizaba la plegaria, debía inclinarse ante la estatua.
Las deidades podían manifestarse a través de varas maneras. Una muy usual era mediante los sueños, que sólo por podían ser interpretados por sacerdotes especializados. Otra eran los oráculos, cuando los dioses se manifestaban a sacerdotes y profetas.